Si me lo preguntas, probablemente te diría que alguien que necesita café para empezar el día y que intenta (con mayor o menor éxito) sobrevivir a las clases de CrossFit. Que mi lugar seguro siempre ha sido el mar, porque ahí todo se calma y todo parece tener más sentido.

Y que después del trabajo, no soy tan distinta a cualquiera: doy paseos con mi perrito Pistacho, el que me hace parar y conectar; me engancho a sitcoms como Friends, New Girl o Cómo conocí a vuestra madre; sigo llorando y riendo con Anatomía de Grey como si los personajes fuesen parte de mi familia; y confieso que sigo esperando la carta de Hogwarts, porque Harry Potter es ese refugio mágico al que siempre vuelvo.

Y entonces está la otra parte de mí: la psicóloga. La que eligió esta profesión porque siempre le ha fascinado cómo las personas nos relacionamos con los demás, y con nosotros mismos. La que trabaja sabiendo que nuestras heridas también hablan de nuestra historia, y que aprender a mirarlas con compasión puede ser un cambio enorme.

Y ahora que me conoces un poco mejor.

Mi objetivo es acompañarte a encontrar tu manera de estar mejor, de ser tu propio lugar seguro.